No hay dolor que duela más
que el dolor del alma,
no se aleja así nomás.
Cosas lo hacen aliviar,
pero no lo calman.
¿A quién querés engañar?
No comprendo qué me falta todavía,
no sé si pueda esperar.
Sólo me queda esta triste melodía
y no la puedo cantar.

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